lunes, 16 de abril de 2012

Noni Benegas, "No es que escribas siempre lo mismo, escribes en el mismo lugar otra capa, más honda, de ese lugar. "


 


ANIMALES SAGRADOS






Cuando vi las naturalezas muertas de Morandi
intuí que esos volúmenes con sus intersticios,
componen algo así como grupos de familia.
Grupos grises, rosados, de lazos tenues o férreos,
indestructibles siempre.
Vi, también, que el orden entre sí de los frascos
esbeltos
o panzudos, cuyo borde superior recuerda
el horizonte entrecortado por cabezas altas y bajas
en las fotos de familia, desdibuja las identidades
en cada uno de los cuadros.
Y esa ambigüedad los hace vivir.



 
 ¿Atrasado? No,
colgado de su madre,
de la ilusión de madre,

como el osito que juega
con la osa de plástico:
le ronronea, la huele,
intenta tumbarla para jugar,

pero la osa,
fijo el ojo de vidrio
y el colmillo visible,
no responde, está fría.


 
Pasó seis años desnudo en una jaula
de castigo.
Logró sobrevivir,
mientras tres de las celdas vecinas,
se eliminaron de diversas maneras.
Adquirió poderes animales:
oía, olía, percibía
a través de las paredes.
Episodios violentos
con sus carceleros.
Al cabo,
el régimen cambió; celdas abiertas,
vida en común.
Le ofrecieron un taller de cerámica.
Cuando posó las manos sobre la arcilla
y empezó a darle forma,
sintió cómo el Terror que por años
lo tuvo en guardia contra sí mismo
se disipaba en el acto.


                                                    

Y así el volumen
de emoción frustrada
no se va en quejas,
sino que se repliega
y busca lo más alto,
lo suspenso en uno
y de ahí toma arranque
y cuelga
como sostenido por los pelos,
igual que el barroco
invierte el orden de pesos
del edificio
y viene de arriba la fuerza.


                                                            con san Juan de la Cruz

 


                                 

 
                                                        a Mario Merlino

Despertaba con ganas de escuchar esa, mi otra
voz,
la que se burlaba, o tiraba de las cosas como el perro
del pantalón de Coppa y Chego sin romperlo
–eran hábitos de trabajo fuertes-,
y me hacía ver desde un ángulo lejano el error
de lo que yo decía, sin dejar de entrar en juego.
Era indispensable al poema su eco melodioso,
pura armonía de contrarios,
que me liberaba de la fijeza del verso medido,
instalado como cruz
o puñal afilado en la hoja.
Esa voz tecleaba otros compases que me hacían
crecer, desligarme, irme
de tantos sitios a los que tuve afecto
por mera costumbre de contemplación u oído.

Todo desfilaba como anuncio luminoso de Coppa
y Chego, estelar y repetitivo sobre una cornisa
de la Avenida de Mayo, para placer de la niña
en el coche del ministerio.
El coche hondo y negro
donde mi madre desperezaba lascivia de poder.


 




No es que escribas siempre lo mismo,
escribes en el mismo lugar otra capa,
más honda, de ese lugar.
Igual que las telas metálicas
de ciertas instalaciones dejan ver otra realidad
–remembranza, puse en el catálogo-
que trabaja por estratos como la memoria,
y entrevé lo de abajo,
lo más cruel.

 “ANIMALES SAGRADOS” (Igitur 2012), Noni Benegas

 
 



  

 Noni Benegas
 

Nacida en Buenos Aires y residente en Madrid, Noni Benegas comparte ambas nacionalidades y representa uno de esos puentes siempre abiertos entre las dos orillas. Autora de siete poemarios galardonados con los premios Esquío o Miguel Hernández, entre otros, obtiene el Vila de Martorell en 2011 por “Animales Sagrados” (Igitur, 2012)
Una compilación bilingüe de su poesía: Burning Cartography, aparece en 2007 en Austin (Texas) y se reedita en 2011. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés o italiano.



Animales Sagrados recibió el premio de Poesía en castellano Vila de Martorell 2011; en el acta del jurado se resaltó la ironía del título, que alude a los miembros de la familia y en especial a lo que se esconde tras la supuesta felicidad de las fotos en las que aparecen unidos por lazos que no serían en suma muy distintos de los que unen a los grupos objetos en las naturalezas muertas del pintor Giorgio Morandi. Se trata de una cosmovisión poética plasmada en un lenguaje conciso y depurado, que con frecuencia rehuye las convenciones sintácticas en busca de epifanías poéticas en las que resuena la mejor poesía contemporánea: la que, ajena al anecdotismo, no renuncia al mundo real, el mundo
de los objetos, y la que distante del Yo más directo, no renuncia tampoco a la emoción, que aparece intermitentemente, en ráfagas precisas y contenidas.»

Las fotos son de un viaje al Sur con su madre cuando era niña  –Bariloche, San  Martín de los Andes, Isla Victoria- , como homenaje a esta mágica región que ahora acoge sus poemas.


Noni Benegas, Buenos Aires/Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario