sábado, 3 de marzo de 2012

Catalina Boccardo, "... busco los extremos de la vida / ángulos lejanos del cajón..."

  de "el jardín santo"

              aliento                                                          
                                                              a kim ki duk




cuando tu aliento
no humedezca el vidrio
la muerte       mi amor
cada estación se habrá ido

cuando el tajo la sentencia
te haga callar
un bosque de sangre en la garganta
las estaciones se habrán ido
y quedará el invierno
                última prisión

se habrán ido
las flores abiertas en verano
último dibujo del amante

y quedará
tu lengua enhiesta
    invierno
una muerte          mi amor
 

                                                                                                           la piel del cielo
                                                                                                           despierta oasis
                                                                                                           al nómada de amor
                                                                                                           Giuseppe Ungaretti



tus ojos encierran
ardillas incendiadas
esta noche como un féretro

vaho ciudad dormida
brazos de águila quieta
rodeo del cazador

tu pico toma en mi pico
la sed de una muerta

puñado oro
entre las piernas
                       salvación
amor quién puebla la noche

tierra partida
altares
de fuego de cenizas

agonía tu lengua nómade                                                                     
 
y cuando el otro en eso terrible
de la noche
desea levantar las sábanas enervar
el umbral
se asimila a una boca exigente

de piernas abiertas
una boca exigente
y desconocido tu cuerpo
desconocido tu corazón

el amor describe sin palabra
la clase de fantasmas que somos
ilusión y agua y fuego
la ternura

cuando regresás 
a tomar tu cansancio
desde la puerta cerrada
un leve escozor
la nueva temperatura
los labios se nos parten
dentro está el tiempo
y el tiempo también
se nos parte

cuerda tensa
sensación de una mitad
                              fabricada

tus huesos me piden

alas rotas
rodillas de animal vencido
mucho más tus gritos
únicos gritos
crean las cenizas
 
sin tocar el blanco




estos días
               no quiero conejos en aquel patio

el hilván del mantel
               y la siesta frágil de mi abuela
se hunden como alfileres

todavía sus dalias retumbándome

si pudiera recordar
               mi sombrerito de verano

y por qué entregaba mis lágrimas

                     hasta el borde


 

ciudad de rosario


                                                              


el cielo amenaza
las enseñas de los barcos
y esas mujeres
               mohínes a la cámara

pequeño puerto perro negro
(siempre hay uno que mira a los ojos
que no duerme)

tironean una fotografía
monumento
gris
sin embargo franjas celestes

¡nessum dorma!

tarde la misma noche
al alba vencerán
perros callejeros

visiones patrióticas a zancadas
piernas abiertas por la luna
escalinata
soledad de mástil
entre edificios

y no se sabe bien
épocas donde la patria
adorna camisetas
una empresa aseguradora

nessum dorma

estatuas de río
semidioses vencidos
o a punto de estallar
lágrimas dentro
del caracol
rojo suave

todos cantan
las mujeres su voz de aurora
sin peso específico

ademanes con esa cámara
recortan un poco
el mundo
                gris

una orilla
las hace volubles
las hace flamear


                                                                   para clara vasco




darjeeling  1




de flores blancas
guirnaldas
enhebraban el río de la india
con hombres sumergidos
 hasta la cintura

y las mujeres
ungían sus cabellos
antes el humo
la pira

 sagrados

de flores blancas
otro funeral
el crucifijo

en su centro rosas rojas
bello_ pensé aquel día
y lo puse despacito
sobre tu cuerpo

imagen última
nueva

me habías enseñado
 la vida sus raíces
y a volver

desde los brazos
levitaría
el ataúd

de flores blancas
mi muerte

un golpe de viento
hunde las ropas de viaje
el agua

oscuridad

cuadro inmóvil


 

promesantes de san juan
                 
                                                             hablá que te scucho digo a la oscuridá
                                                                             antes no voy a mover un pie. porque si
                                                                             deseo llegar no soy yo quien debe elegir,
                                                                             es el questá en el fondo de no se dónde
                                                                             pero está.
                                                                       jorge leónidas escudero


difuntita llorada
con un lazo rojo
las velas de los promesantes
no alcanzan el hambre ni la sed

pan de uvas y
arrope en el pueblo
para turistas

madrugada su seno blanco
hacia el abismo

creyentes deseosos
de los escalones
más que otra cosa
su trascendencia

alumbran
día noche
día noche

el vestido de novia los pedazos
techitos de una ciudad desierta

¿a dónde van
sus rodillas dolorosas?
cruzan el cemento pero
¿a dónde van?

algunos miran como una estampita
que nuestros pecados fueran perdonados
y que todos nuestros sufrimientos
tengan un sentido de solución**


entre crucifijos transparentes

todos los fieles difuntos resucitarán
un día, te pedimos, quienes sabemos**

cruz de transparencias

desde la oscuridad
dios no te olvides
ninguna  promesa
por estas escalinatas
no olvides la luz
cualquier vela


**oración en una estampita de la difunta correa
                                                                                                         para marisa negri
                                          
                                                                  

*
de “territorios”
 
mangos


                          Esos labios besados en otro país en otra raza en otro planeta                                                                                         en otro cielo en otro infierno
                                                                                                        ENRIQUE MOLINA 


cielo en otro infiernoesos labios besados en otro país en otra raza en otro planeta en otro
cielo en otro infierno


1
una jauría de perros apareció mientras recogías mangos del huerto. y esa posibilidad de sufrir bajo los dientes.  el paso rápido algunos frutos entre las manos hasta la casa vieja.
más tarde enviaste imágenes, mangos en un plato, cubiertos con chile, a punto de mordida.
tu boca, pensé. tu lengua aún en tu país, sin los templados reclamos de la distancia.
sea torridez, pensé.

2
el poblado más cercano está a unos kilómetros.
quizá regresés a ese lugar a escarbar los recuerdos de la tierra. me explicás, filósofo niño. buscás el sentido de la vida  con tus manos tus ojos. pasado y presente de soledad, de quietud extraña, no deambulan máquinas que quitan el tiempo.
comienzo a desear la propiedad de tus observaciones.
allí, existe. ha existido antes de nosotros. seguirá el camino de los vivos y los muertos después. fenecerá su cáscara intacta. huesos que busca tu antropología. viejas cerámicas de aquellas muchachas del yucatán.
allí, la huerta de siembras fuertes. los cuerpos piden y se fagocitan. se hacen el sexo con gruñidos de jabalíes. repiten las generaciones. rituales del mundo ya perdido.
a destiempo. estas coordenadas atemporales.
mis criaturas sueltan el polvo de sus bocas. salen a pastar alrededor. voltean su cabeza para observarte caminando hacia la casa. en el frente hay una sillón donde tu abuela se mece, casi ciega. la del pelo en lluvia. sus huaraches y la mantilla. de la que siempre hablarás.
arrojás los frutos sobre la mesa. vas a buscar algo dentro. mirás desde lejos pensando en contarme tus sabores. yo espero desde mis papilas. soy ese animal que te comparte.
cuándo viajaré humana. tocar esa pelambre. y las hojas de agua verterás. hervíboros.


 de“pequeña formosa”
1

morir de pena no es algo que mi familia haya permitido
la vida es una tristeza dura muchas veces
su coraza en círculos gira sobre el agua
ojos al ras
yacaré sobreviviente

a lo sumo creemos en el temor de niñas de barro
cuando la ropa golpea las piedras
y resuenan bellos cántaros al sol

donde se producen salvatajes
nuestras piernas a velocidad
la jornada de sed y de rodillas
el tin tín del jarrito

por allí bebemos sapos amarillos
inflan el estómago con una astucia anfibia
muy personal

respiramos el nuevo día
...
17

no volveré a verlas
han envejecido y han muerto

mi madre decidió descolgar sus rostros
guardar las argollas 

busco los extremos de la vida
ángulos lejanos del cajón

algo les sucede a las mujeres grandes
me digo
pierden la memoria

mi corazón en compás de espera

pero soy la extraviada



Catalina Boccardo, nació en 1961, en la Capital Federal, ARGENTINA, y reside allí.
Egresada de la carrera de Abogacía de la U.B.A.. Ejerció en el área de Violencia Familiar. Dictó cursos y seminarios sobre la temática en diversas instituciones públicas y privadas.
Profesorado Universitario, UAJFK. Posgrado en “Mediación y Negociación”, UBA. Cursó la especialidad en Violencia Familiar, UMSA. Ex ayudante ad-honorem del Patrocinio Gratuito de la carrera de abogacía. Ex docente de nivel terciario. Fue integrante del Comité de Bioética de la SAU. Ha presentado trabajos sobre derechos de pacientes-niños en Jornadas de Bioética. Invitada al Encuentro Interdisciplinario sobre Juicios de Delitos de Lesa Humanidad organizado por la UCES en 2010.
Docente y Tutora de Nivel Medio.
Como poeta:
Publicó los libros de poesía “el jardín santo” por Ediciones en Danza, 2011, y “territorios”, editorial Del Dock, 2012.
Integró los grupos-taller “Gente de Lunes” y “El tren de la palabra”.
Participó de las  V Jornadas Literarias, y en el  Encuentro de poetas en la ciudad de San Pedro, Bs. As. , en 2007.
Intervino en el Primer y en el Segundo Festival de Poesía en la Escuela en Buenos Aires.
Participó en la lectura en el Congreso de DDHH y Salud Mental, 2010 en Buenos Aires.
Su poesía aparece en diversos blogs, fanzines, revista virtual, y en la Antología “Gente de Lunes”, 2006, Casa de la Poesía de la CABA.
Fue invitada a diversos ciclos de lectura de poesía.
Publicó el microrrelato “Sangrar” en un libro objeto en la Cuarta Edición, Foro de ediciones contemporáneas del Museo de Arte Carrillo Gil, por editorial (c)acto ediciones, México.
Y en la actualidad tiene dos obras de poesía en preparación.

2 comentarios:

  1. Cata. me encanta este poema XVII aunque dudo de si los dos versos finales no quedarían mejor al principio. Lo digo como para probar, no estoy segura, es que me gusta mucho terminar en "pierden la memoria".

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  2. podría ser, sí... poemas que no se sabe dónde comienzan y dónde terminan, no?

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